Para evolucionar y dejar de ser un puñado de prácticas para disuadir el público, los estudiosos pasaron a desarrollar y a probar métodos de marketing más eficientes, principalmente a partir de los años 40.
Walter Scott realizaba un brillante estudio sobre el uso de la psicología en la propaganda, mostrando cómo el incentivo al comportamiento humano esperado llevaba al consumidor y cómo esa herramienta útil para las empresas.
Bartels, Piolany y Peer Drucker pasan a estudiar el marketing “puro” más a fondo, tornándolo una forma de pensamiento práctico, pero que para muchos era considerado subjetivo, casi un arte.
Bien, en cuanto a eso, poder tener algunas dudas, pero cuando Drucker lanzó su libro “La práctica de la administración”, los empresarios e inversores, pasaron a considerar el marketing como una inversión a ser considerada.
Actualmente, las líneas de pensamiento del marketing tradicional son lideradas por Kotler y Keller, a través del famoso “Administración de marketing”, con su primera edición de 1967.
Este trata la línea de pensamiento como algo dirigido al consumidor, donde las empresas no deben pensar solo en vender y lucrarse, sino en conocer al público y crear campañas que conversen con él.
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